Con el corazón a la punta nuevamente

Tigre ganó sobre el final en un partido muy complicado, contra un rival que le plantó pelea. Partido intenso, luchado más que jugado y muy festejado. A falta de 9 minutos, una genialidad de Pablo Magnín, aseguro la punta en soledad al Matador.

Quilmes es y será un rival muy complicado para Tigre. Le ha traído varios dolores de cabeza, incluso en sus mejores momentos. De allí el desahogo de un final muy apretado.

Con los resultados precedentes, Tigre debía ganar para retomar la punta en soledad. Le costó, pero lo consiguió. El encuentro fue muy disputado, en una cancha muy rápida, dónde la precisión era muy difícil de conseguir. Ambos buscaron el encuentro y midieron fuerzas en una lucha muy pareja, en el que un triunfo o una derrota, estaban emparentadas a un error o una genialidad.

Si nos ponemos exquisitos, ninguno desarrollo un gran fútbol, sin embargo, muchas veces, como la de hoy, el trámite requería más garra y corazón que otra cosa. Hubo pocas llegadas y algunas de ellas con errores propios. Más allá de eso, la definición llegó con un gol de gran factura. Pared de Fernández con Protti, una habilitación exigida para Magnín, que con gran destreza define magistralmente. Gol y a recuperar la punta.

Quilmes fue por el empate, tuvo una aproximación final que no próspero y final de un partido de esos catalogados como chivo.

Ahora fecha libre, a retomar energías e ir a Mar del Plata para seguir luchando en la zona de privilegios.