Tigre no levanta cabeza y agudiza su crisis futbolística

El Matador volvió a perder de visitante y se hunde en las tablas. No solo en la de este torneo, sino también en el de clasificación a copas y la más preocupante, en la de los promedios. Fue 2 a 1, en un partido que quizás se justificaba en un empate, pero no tuvo los argumentos futbolísticos para lograrlo. El gol fue de Mateo Retegui de penal y Abel Luciatti, irresponsablemente se fue expulsado.

Lo más difícil de una mala racha es justamente poder salir de ella. En el fútbol se hace solamente con una victoria. No importan los merecimientos, importa lograrla y Tigre está lejos de conseguirla y pasan las fechas y el crédito de puntos se va dilapidando.

Argentinos es un rival duro y complicado y su cancha lo es aún más. Sin embargo, en los papeles no es más que el Matador, pero cuando andas de malas, no hay caso, todo cuesta más.

El equipo arrancó mejor, pero no tuvo peso ofensivo. Argentinos en la primera de cambio, golpeo y se puso en ventaja. Nuevamente, cuando Tigre tuvo la posibilidad del empate, Colidio falló y en la siguiente, el local, amplió ventaja. Parecía complicarse todo. Por suerte, el VAR en esta oportunidad favoreció al Matador. Penal y gol de Retegui y ahí si, el envión anímico hacía presagiar un empate inmediato. Lo que nadie contó, fue la tonta expulsión Luciatti, quien termina correctamente afuera de la cancha y Argentinos que se asentaba para el complemento.

En el segundo tiempo, Tigre luchó y busco por todos lados. Eso si, sin claridad ni profundidad. Por suerte la expulsión de Torren igualó condiciones, aunque eso sirvió de poco, porque lo cierto es que a este equipo, que supo jugar bien, hoy no puede encontrarse con el que fue.

Nueva derrota y la situación que se complica fecha tras fecha. 24 de 28 en el presente torneo, lejos del ingreso a la copa sudamericana y el promedio que baja y baja y ya preocupa a todos.

Se necesita un cambio. De nombres, esquemas y/o actitud de todos, porque así… así todo se encamina a volver a sufrir una temporada en la que todo parecía color de rosas.