Tigre se encaminaba hacia el segundo triunfo consecutivo con los goles de Retegui y Colidio, pero en la última parte del partido se retrasó y no lo pudo aguantar. Un 2 a 2 que deja una sensación ambigua en la que conviven los grandes momentos futbolísticos y los mismos errores en el retroceso y la defensa que te hacen perder puntos.

El arranque del partido y gran parte del primer tiempo, lo de Tigre fue espectacular, digno de los equipos que están para grandes temporadas. Mereció ir ganando por varios goles y se vio en desventaja en una pelota parada, que fue la “foto” de un problema sin solución durante toda la noche. Retegui igualó muy rápido y todo se encausó nuevamente.

En el complemento pasó algo parecido desde el trámite, pero con el plus que el Matador se puso en ventaja y parecía que el equipo de Diego Martínez se acomodaba para definir el partido. No fue así. Central con los cambios fue ganando la pelota y Tigre se iba retrasando sin generar contras. Marinelli se fue convirtiendo en figura y casi lo aguanta. Lamentablemente, el excesivo minuto adicionado a los 5 comprometidos en primera instancia, no tiene explicación (de ninguna manera se demoró un minuto de los 5, en todo caso hubiese adicionado 6) y Tigre lo pagó desde el gran problema que tiene, la pelota parada y la facilidad que le cabecean dentro del área.

Fue un 2 a 2 que deja mucha bronca, sabiendo que tiene muchos argumentos para la ilusión y grandes problemas que pueden complicar mucho los partido.

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